Blog

Home  /  Sin categorizar   /  Chan con chan: una celebración del rebusque.

Chan con chan: una celebración del rebusque.

Chan con chan: una celebración del rebusque creativo.
Texto : Santiago Cembrano. 

Hablamos con una ilustradora, un bboy, una DJ y un rapero sobre cómo vivieron la cuarentena, mantuvieron su creatividad encendida y encontraron la forma de seguir. 

La cosa se puso fea en marzo de 2020, con una pandemia devastadora y difícil de entender y el anuncio de la cuarentena, que se alargaría una y otra vez. Todos para la casa, a encerrarse un rato, y esperar; y luego, a esperar más. Fue un golpe masivo de angustia e incertidumbre, de una amenaza brutal e invisible. ¿Se iba a acabar el mundo? ¿Alguien de la familia se iba a enfermar? ¿Cuándo podríamos reunirnos con nuestros amigos de nuevo? ¿Debíamos limpiarnos los zapatos y desinfectar las verduras? ¿El trabajo iba a seguir? ¿Qué estaba pasando? La lista de dudas era enorme; el mundo estaba cambiando y las certezas se esfumaban. 

Aunque el golpe fue general, impactó con mayor contundencia a ciertos oficios, como los del ecosistema cultural. Cerraron demasiados lugares, los eventos se cancelaron, los flujos de convocatorias se secaron. Fue un sacudón que lo tumbó todo. Pero había que encontrar la forma de seguir y no dejarla caer. Para conseguir las lucas, claro, y poder comer y pagar el arriendo. Pero también para seguir cultivando el quehacer propio, elevar el nivel, encontrar nuevas ideas: crear. El rebusque fue el camino, con la convicción de que, más allá de lo que estuviera pasando afuera, no se podía parar.  

Un año y medio después, poco a poco, las ciudades han ido despertando, como con un bostezo antes de empezar el día. Hay más conciertos, exposiciones, ferias, discos, libros, fiestas, eventos, parches. Por eso es un buen momento para detenernos y preguntarles a personas de distintas áreas de la cultura cómo sobrevivieron durante este tiempo, qué hicieron para que su arte no parara, cuál fue la clave para crear durante el caos y qué aprendizajes quedan de esta experiencia. Hablamos con Scifu, Arex B, DJ Lolita y Luis7Lunes sobre su rebusque creativo. 

Scifu – Ilustradora y directora de arte

Al principio, la cuarentena fue de mucha incertidumbre para todos. Uno se sentía nervioso, como si se fuera a acabar el trabajo, a acabar todo. Dudé de si iba a ser capaz. Fue abrumador no poder salir a la calle, pintar, socializar, viajar. Yo, por suerte, estaba viviendo sola y tranquila. Entendí que había que abordar las cosas con actitud y fuerza, y eso permitió que salieran bien. Habité más mi casa, leí más y estudié. Trabajé digitalmente para algunos clientes, lo que permitió cierto equilibrio económico. Encontré la manera de hacer cosas y conectarme digitalmente con otros artistas y con marcas. Tuve el apoyo de mi familia y las personas cercanas. Por suerte no faltó qué hacer, y me adapté. Agradezco mucho a las personas que apostaron por la reapertura desde hace rato, por ahí hubo trabajos y cositas. Y ahora que se está retomando todo, para mí es pura felicidad: poder salir a la calle, volver a ver a la gente, compartir. Ha sido muy chévere. He sentido una especie de desbloqueo, de libertad. 

Durante este tiempo conocí lados de mí que a veces no observaba por estar distraída en la calle. Construí una relación más cercana y de frente conmigo. Eso me ayudó. Me entendí mejor. Todo eso lo he aplicado a mi arte: qué pasa cuando estoy bloqueada, de dónde sale lo que hago, por qué me gusta hacerlo. Reflexioné. Soy una persona que trabaja mucho y a veces me concentro demasiado en las cosas que hago; tanto que, si me descuido, me olvido de mí misma. Durante la cuarentena me di cuenta de que para ser productiva hay que tener empuje, un nivel maratónico, pero la parte personal debe estar equilibrada, así como mis relaciones. Me encanta lo que hago, pero también tengo que sacar tiempo para mi familia y para cuidar mis cosas. He estado buscando ese equilibrio entre placer y responsabilidades, he valorado más el amor de los que tengo cerca. 

Al final, estar bien en lo personal es tener energías para salir, sentirse animado: es estar bien para el rebusque. 

Arex B – Bboy de Crew Peligrosos y formador en 4ESK

Yo vivo nada más a una calle de la escuela, donde practico siempre. Entonces cuando todo se paró, para mí fue un choque. Los eventos en los que iba a participar pararon, los lugares de ensayo cerraron. La cuarentena me cuestionó, como Bueno, estás solo y encerrado; no sabes por cuánto tiempo ni qué va a pasar. Muéstrame tu arte, solo para ti. Entonces la parte que al principio no me gustó del encierro luego la supe valorar: mi breaking se convirtió en algo intocable. No está mal buscar la aprobación de otros artistas, pero eso queda en un segundo plano. Si a la gente no le gusta, no importa, porque ya lo trabajé yo, lo hice con la música que quería. 

El motor de lo que yo hago es compartir con otros bailarines y hip hop heads que me hacen sentir vivo, entonces los primeros meses fueron duros. Solo quedó el contacto por internet y la única salida era una pantalla. Al principio intenté ver qué pasaba ahí, ampliar mi visión, escuchar otra música, conocer a otros bailarines. Pero luego tuve que soltar eso. Yo busqué un encuentro conmigo y otras perspectiva de mi arte. Me volví a enamorar de lo que hacía, lo reestructuré y lo acerqué al estilo que quiero tener. Si voy a una competencia lo que hago es mostrar el resultado de este encierro, de esta nueva forma de hacer breaking, de casi dos años de autoconocimiento, gustos musicales, movimiento corporal e inteligente, pero no es un producto para la competencia. 

También aprendí a valorar muchísimo la comunidad que tenemos: la felicidad que me genera un concierto de rap, un jam, un DJ set, ver a amigos que no veía hace diez años. Valoro cada momento de la competencia, no solo el resultado. Esto nos enseñó que el quehacer artístico depende de cada uno y de lo que haya en su corazón, de los estudios que tenga en su mente y de lo que su alma transmita. Ahora se ve el trabajo que cada uno le puso a su arte, quién está en esto por el corazón y quién para figurar y ser el putas. Y como este es mi trabajo, tuve que desconectarlo del dinero y hacerlo sin ningún interés. Hay diferentes formas de hacer dinero con esto, como las competencias o las clases. Pasé de eso a interactuar con personas de Roma, Brasil, Estados Unidos y todo el mundo: ellos me preguntaban y yo respondía y enseñaba con videos y mensajes. Fue bello y me hizo entender cuál es mi vocación, luego de estar 22 años bailando, en pie de guerra. El hustle no fue solamente de hacer monedas, sino de poder aportarles a los demás, dar esa ciencia. 

DJ Lolita 

Los primeros meses pude vivir de mis ahorros. Ya después no tenía absolutamente nada, entonces me tocó empezarme a mover por todo lado para poder sobrevivir. Me mantuve enfocada en fortalecer mi proyecto, nunca quise dejarlo caer ni que perdiera fuerza. Dicté clases de DJ, hice alianzas con marcas y lives, saqué merchandising e hice la Lolitón, una subasta online. Con This Is Hardkore sacamos un mixtape de rap colombiano y un buzo. Me moví para que se recordara mi nombre y mi proyecto y para tener ingresos. Ya había trabajado muchos años para lograr estabilidad y decidir dónde tocar o qué hacer, no como cuando empecé que tocaba aceptar lo que fuera por la plata. Tenía autonomía y no podía volver a empezar de 0. Eso me motivó: Parce, dure lo que dure este pandemia, mi proyecto debe seguir vigente de una u otra manera. 

Todavía queda el temor de que vuelva a pasar algo, pero ya se han ido reactivando varias cosas. Hay conciertos, volvieron los bares hasta las 3 AM, han ido fluyendo las cosas. Ha sido complicado volver, requiere sacrificio. La economía no está igual y yo tengo unos gastos elevados, debo tener un efe que amerite ir a trabajar. El público ha cambiado, aprecia mucho la organización de cada evento y paga la entrada, porque por mucho tiempo nadie salió a ningún lado. Hay mucha euforia en cada evento, y se aprecia más toda la logística que acarrea organizarlo. Antes no pagaban una entrada de 10.000 y ahora sí pagan una de 30.000. Yo también he cambiado. Me he enfocado en ser más organizada con mis proyectos, saber cómo planearlos y cómo ejecutarlos. Durante este tiempo me di cuenta de lo que me faltaba, en mi trabajo y en mi vida. Yo siempre había trabajado en eventos, pero nunca los había organizado; ahora sí. Aprendí que no siempre puedo esperar a que me contraten. He estado enfocada en producir: merch, eventos e ingresos, todo lo que aporte a la construcción de mi carrera. 

Todo lo que ha pasado muestra que no hay nada seguro, y que si estamos haciendo un proyecto, el momento es ahora. Tenemos que aprovechar y no posponer tanto las cosas. Hay que intentar hacerlo lo más pronto posible. Sin afán y bien, pero hacerlo: en la vida nada está fijo. Y aprendí a pensar a largo plazo. Quizás no a 20 años, pero sí a 5 o 10. No todo puede ser tan efímero. Quiero un proyecto de vida y empezar a trabajar en él. No estoy tan chiquita. Esto me ayudó a madurar en muchos aspectos. 

Luis7Lunes – MC

La cuarentena para mí fue muy fructífera. En estos meses de encierro fue cuando escribí la mayoría de Audio Descriptivo. Obviamente el estado emocional pues a veces no era bacano, porque uno estaba pasando por esas épocas de miedo e incertidumbre, no se sabía muy bien para dónde iba el planeta. Pero todo eso se convirtió en material para escribir y terminó saliendo el disco con velocidad, lo acabé rápido. Creativamente, para mí fue un momento bastante productivo. Lo que nos mantiene a flote siempre es el rap. Hacerlo, estar ahí activo creativamente. Siempre he tenido una mirada esperanzadora de la vuelta, tenía la fe de que esto se solucionaba e íbamos a poder volver a tocar. Por eso había que volver a hacer música, para poder tocar en vivo cuando todo abriera. Eso es de lo que más me gusta y me parece chimba de hacer rap. Esa era la motivación. Se activó el modo supervivencia. 

Estoy muy contento con que las cosas estén otra vez cogiendo ritmo. Tocar en vivo es un pilar de la música independiente. En cualquier momento cualquier cosa puede ocurrir y los procesos se detienen, entonces hay que hacer y darle. He aprendido que hay que tratar de tomar todo lo que se pueda, de tocar en todas las partes donde se pueda y lo quieran a uno, de hacer música, de aprovechar las oportunidades. 

Así es el rap, siempre lo ha sido. Toca ganarse un lugar a punta de talento y de constancia, de hacer las cosas bien. La pandemia y el encierro pusieron todo más difícil porque no se podía tocar en vivo. Lo importante fue aprovechar ese tiempo para encaminar los objetivos, lo que uno quería hacer de ahí en adelante. Al que le nació hacer música, lo hizo; el que se dedicó a otras cosas, pues de todas maneras el rap se nutre de la vida, entonces esas experiencias había que vivirlas. Ahora seguimos con los procesos creativos de cada uno, y continuamos en ese proceso: hacer música porque a uno le nace, no porque a uno le toca. El rap siempre ha sido así. Siempre nos va a tocar estar en la jugada, con hambre, y tratar de encontrar los medios para hacer la música y sacarla, y para obtener algo de reciprocidad o algo a cambio. 

Chan con chan es una celebración del rebusque independiente, ese que no para ni en la mejor ni en la peor situación: siempre en pie para hacer las lucas sin depender de nadie.

Sorry, the comment form is closed at this time.

Guía tallas