
Perdóname Madre IV
La voz de mi madre
Esta semana
lloré después de mucho tiempo.
No lloré por los muertos en manos de la Policía,
debí hacerlo.
No lloré por los videos de los heridos,
debí hacerlo.
No lloré por un helicóptero
disparando desde el cielo caleño
a los manifestantes,
debí hacerlo.
No lloré por las balas de los uniformados
en contra de los pelaos que protestan.
No lloré por las tanquetas del ESMAD
que arrojaron sus gases lacrimógenos
adentro de las casas de familias indefensas,
debí hacerlo.
No lloré por los agentes vestidos de civil
que dispararon sus armas contra las marchas.
Me quebré, lloré
cuando mi madre me escribió
que si estaba bien,
que sabía que estaba trabajando en las marchas,
que me cuidara
porque la policía
no lo haría.
No supe que responderle
y lloré por teléfono
con la voz de mi madre al otro lado
consolándome, diciéndome
que me cuidara, pero que
se alegraba
de que, ni por el putas,
nos ganara el silencio.
Santiago Rodas